La carbonatación
Es un fenómeno que se produce en el hormigón de forma natural. La mezcla de gravas, arena, cemento y agua forma el hormigón y este una vez colocado entra en contacto con el aire de medio ambiente. Este aire contiene CO2 que pasa por los poros del hormigón y poco a poco cambia químicamente el hormigón, cambiando su PH de 12-13 a 8-9. Este cambio de alcalinidad provoca un incremento de la porosidad del hormigón y en el caso de haber humedades en el ambiente, dejarían pasar el agua a través suyo. Para constatar que nuestro hormigón no tiene carbonatación, tenemos que coger una muestra y llevarla al laboratorio donde se aplicara fenolftaleína y determinaremos el PH.
Consecuencias de la carbonatación
La carbonatación se incrementa unos milímetros cada año (aproximadamente y dependiendo de otros factores, 4mm en 2 años, 8mm en 10 años, 20mm en 25 años) el problema viene cuando los poros dejan pasar el agua o del ambiente y provoca que se oxide y posteriormente corroe las armaduras de acero de nuestro hormigón, provocando que incremente el volumen del acero provocando que el hormigón pueda romper y desprenderse.
Es un hecho muy peligroso en las fachadas de los edificios ya que podría afectar a los transeúntes, también puede suceder en paredes, bigas y viguetas de hormigón, especialmente en las zonas con muchas humedades.
Que tenemos que hacer si observamos fracturas, grietas o desprendimientos en el hormigón?
Si vemos algún síntoma de una posible afectación del hormigón en nuestro edificio, tenemos que informar lo más pronto posible a nuestro técnico de cabecera, que podrá realizar un estudio técnico de la situación y proponer la mejor solución.